domingo, 28 de febrero de 2010

Contando Bendiciones


Uno. Cuando abro los ojos te veo a mi lado y respiras profundo. En tu cara arruguitas pequeñitas alrededor de los ojos me dicen que ya no eres el muchachito que una vez conocí en Cornell y que me conquistó con sólo amarme de veras, por primera vez amor del de verdad. Miro hacia el techo y en el camino encuentro las orquídeas blancas floreciendo a borbotones del tallo que parece culebrita verde y zas! me encuentro con el cristal colgado de la ventana que lanza pepitas de arcoiris alrededor de las paredes hasta que tropiezan con las orquídeas lila que tengo en la cómoda frente a mí, también en plena flor. Dos. Tres metros más abajo descansas explayado sobre tu camita con un pié descalzo y el otro cubierto por una media azul. Te dió calor a medianoche y como te sofocas te quitas el pantalón y media camisa del piyama. Pareces un angelito, pero al despertar te saldrán los cachitos apenas te diga que vayas a lavarte los dientes. Los cachitos irán creciendo a medida que transcurra el día, pero cuando me abraces y me digas que me quieres más allá del universo, sólo podré ver tus alitas. Tres. Las paredes calentitas en invierno, tan fresquitas en verano. Los deditos de mi principito recorriendo el teclado del piano mientras yo escribo estas palabras, un rayo de sol solitario que se coló por entre 10 Km. de nubes para aterrizar en mi sien y recordarme que el cielo es azul aunque yo no lo pueda ver hoy. La tertulia improvisada de anoche con amigas del alma que alimentan el espíritu a risotada limpia. Alrededor del mundo, una, dos, tres, muchas almas que al pensar en uno sonríen y aman por una fracción de segundo a este ser que soy. Agradecida.
Hoy y mañana, agradecida.

miércoles, 17 de febrero de 2010

La Esencia Teutona está en la papa


Vivo en  Teutonia desde hace poco más de once años en los que a menudo he tenido que enfrentarme con el shock cultural que supone para una Amazona como yo acomodarme a costumbres y haceres tan distintos a los de mi Amazonia natal. Eso sin mencionar el shock climático que me garantizan las temperaturas heladas del invierno y el shock idiomático de una lengua que se niega a ser completamente digerida aunque los teutones me alaben constantemente por mis habilidades políglotas.

Buscando metáforas para explicarme a mí misma la esencia de estas diferencias, he ido tropezándome con un montón de ejemplos en el camino por estas tierras frías, pero no fue hasta un diciembre en el que me tocó compartir con los tíos de mi esposo desde tempranas horas de un 25 de diciembre que al fin entendí como piensa un alemán.

Sólo en diciembre, para las cenas navideñas, así como nosotros hacemos hallacas en mi terruño, preparan los alemanes el acompañante por excelencia de sus platos de carne favoritos para esta época del año. El side dish que no ha de faltar en mesa de muchos y jamás en la mesa de mi familia política se llama Thüringer Klöße. Entendí mejor incluso con quién me casé cuando presencié el proceso de FABRICACIÒN de estas bolas infaltables.

De todos es sabido que entre los alimentos que no pueden faltar en una casa en Teutonia están las humildes papas. Papas fritas, papas asadas, papas sancochadas, papas al gratén, papas ralladas fritas (Kartoffelpuffer) en bastante aceite con compota de manzana, puré de papas, ensalada de papas con bastante mayonesa y por supuesto las BOLAS DE PAPA, mejor conocidas por aquí como Klöße. Pero había que hacerlas un poco más interesantes para las ocasiones navideñas, mejorarles el pedigrí pues. Así que a alguien se le ocurrió esta increíble creación culinaria hace un par de siglos atrás.

Se procede a lavar y pelar una buena cantidad de kilos de papas. Estas se separan en proporciones exactas de 2/3 de papas crudas ralladas y un tercio de papas sancochadas. Los dos primeros tercios se EXPRIMEN con ayuda de un artefacto especial que separa el almidón, de la papa, dejando el puro bagazo, de lo alguna vez fue una papa. El otro tercio se hierve en agua hasta que casi se desintegra. Una vez separada la papa en sus componentes primarios de bagazo (fibras), almidón y agua, se procede a UNIR de nuevo los componentes en una masa para luego darles forma de perfectas bolas (PERFECTAMENTE REDONDAS) a las que se les incrustan cuadritos de pan tostado (crotones o en teutón Bröckel), que se hierven en agua con sal hasta que flotan y Violá! Estas bolas se sirven con mucha salsa del plato principal de turno que usualmente es un ganso gordo y grande, pero puede ser conejo, venado, jabalí o pato. Con los años le he agarrado el gusto. Tienen una textura como chiclosa, pero suave y sedosa, si me explico.

El asunto es que ese proceso dura unas cuantas horas. Se agarra una papa, se la destruye separándola en sus componentes básicos y se la reconstituye con mucho esfuerzo para formarla en una esfera perfecta. Desde entonces, entendí que a los alemanes no les gustan las bajadas si hay subidas. Para qué hacerlo fácil si lo puedes hacer difícil? Ahora sé por qué a mi marido le horroriza que yo repare algo con superglue, porque mientras para él sería mejor desarmar el objeto y reconstruirlo como dios manda, o como su imaginación se lo permita, para mí es más importante que el objeto siga funcionando lo mejor que pueda con el menor gasto de esfuerzo = tiempo posible,  para yo poder dedicarme a algo más importante como lo es escribir para mi blog, o tomarme un café con mis amigas, o jugar metras, o rascarme la barriga. Yo tengo demasiadas subidas obligadas en mi vida como para ponerme yo misma más montañas, digo bolas, en el camino. Eso sí, no pelo una buena bola en navidad mientras no sea yo la que la tenga que hacer! Es decir, en navidad, no pelo bolas!

 
Thüringer Klöse

lunes, 15 de febrero de 2010

A tu memoria, porque la mía no anda bien


Me escriben en Facebook que no me han olvidado. Y yo nisiquiera recordaba los nombres, o las caras, o las memorias compartidas. Siento que mi cerebro me está jugando una muy mala pasada. Y me pregunto que comó puede ser posible que la gente lo recuerde a uno y que uno viva en una laguna negra de olvidos, ausencias, inexistencias? Me siento mal por no poder compartir esos recuerdos y me gustaría ver la película de mi vida una vez más antes que también se me olvide mi presente.
Cuando me pregunto sobre la selectividad de mi memoria me inclino a responder que se debe a una especie de truco inconsciente de supervivencia. O quizá mi disco duro cerebral tiene una capacidad bastante limitada para almacenar cierta información? Yo me niego a perder esos recuerdos e insisto en recuperarlos! Pero como? Escribiéndolos se pueden leer mas tarde.
Que recuerdo de ti? Tu voz, tus manos de dedos gruesos y callosos a pesar de tu falta de inclinación por los trabajos manuales. Siempre me pareció un poco contradictorio, tus manos parecían las de un trabajador, las de uno que trabaja con las manos, y no con la cabeza, como en efecto era el caso.
Recuerdo el olor de tu Tricófero de Barry, en el que durante tanto tiempo creíste, por aquello de la caída prematura del cabello, aquel líquido rojo en aquella botellita de tapita negra te acompañó durante los años que compartimos el mismo techo. Te recuerdo fumando un cigarrillo despues del otro, en cadena, con el eterno cafecito sin leche, y sin azúcar, negrito pues. Y te recuerdo mandándome a serenarme, a caminar contigo a paso de morrocoy para desacelerar mi marcha, como que si tuviéramos todo el tiempo del mundo. Y te fuiste tan pronto siempre. De mi infancia, de mi vida, de nuestras vidas. Te sigo esperando en mis sueños despues de tres años, pero no vienes tú, sino tu recuerdo. O mis recuerdos de tí. Lo que quedó en ese cerebro inválido que no me funciona como debería. La caja de memoria está atrofiada, insisto.
Un recuerdo tuyo guardo bajo llave para que no se pierda. Un fin de semana en casa, yo tendría 7 u 8 años. Cortamos revistas, pegamos recortes, pintamos con témpera, construimos con plastilina, sobre dos tablas de la vieja biblioteca. Y yo fuí tan infinitamente feliz durante esas horas que sigo viendo a la pantera Rosa pintada de azul y la casita al tope de un cerrito con árboles de manzana que no había visto nunca. Me pregunto por qué no hicimos los árboles de mango o de naranja?
Ahora que veo manzanos en flor y llenos de frutas rojas a diario al final de cada verano, no puedo evitar extrañar los naranjos y los mangos y preguntarme por qué dibujábamos siempre manzanos en nuestros paisajes de papel o plastilina. Después les pusiste unos trozos de cadena a las tablas acabadas con nuestras obras de arte, y así colgaron de las paredes de mi habitación durante muchos años. En la primera mudanza desapareció el paisaje de plastilina, en alguna otra, cumplidos mis 17 desaparecí a la Pantera Rosa. A mis 17, ya no necesité pensar mas que algún dia regresarías, o que haríamos otro cuadro juntos, a esa edad, no entendía de excusas y embarques, solo de ausencias y desatenciones. Y de silencios. Nunca me dijiste cuan orgulloso estabas de mí, de eso me enteré después de tu partida, de boca de una extraña, a quien se lo dijiste. Tu sólo me insinuaste ese orgullo un par de veces y yo me pasé 40 años tratando de impresionarte sin respuesta.
Te imagino dándole tu vistobueno a éste intento por comunicarme en el ciberespacio. Te imagino del otro lado de un cable, de un satélite, leyéndome y viéndo mis criaturas, monitoreando a tu nieto. La imaginación funciona mejor que la memoria, y así se me olvida que no estás al otro lado en el ciberespacio de esta computadora, o de la línea del teléfono. Te extraño.
Mi baúl damnificado

domingo, 14 de febrero de 2010

I love Kometto-san!



La Señorita Cometa (Comet-San, Kometto-san, Cosmic Baton Girl) fue una serie de televisión japonesa producida en los años 1967 y 1968 (79 episodios de 30 minutos). Doblada al castellano, se transmitió en México, en Venezuela y en Costa Rica, entre otros países. Hacía vasto uso de efectos especiales, presentando actores acompañados de dibujos animados, modelos animados (stop motion), actores a diferente escala y muchos más. Una segunda serie de 68 capítulos con los mismos personajes y diferentes actores se produjo en 1978, pero ésta no llegó a Latinoamérica sino hasta 2006 y no tuvo la aceptación de la primera serie.
La Señorita Cometa, interpretada por Yumiko Kokonoe, es una princesa en la estrella Beta. Su constante falta de disciplina y el mal uso que hace de su varita mágica finalmente llevan a El Profesor a enviarla a la Tierra, a manera de castigo.
En la Tierra, la Señorita Cometa se emplea como niñera de los hermanos Kawagoe: Takeshi y Koji. Sus poderes mágicos y su papel de niñera recuerdan a Mary Poppins. Tenían por vecina una niña llamada Midori, que era un tanto pedante.
Durante su estancia en la Tierra, Cometa es evaluada por El Profesor, quien la califica con marcas en las mejillas (números, equis, etc.). Cometa es acompañada por Betan (Chibigón, en la versión doblada al español), un muñeco de tartán en forma de dragón. Betan aparece cuando Cometa lo llama con una frase especial, por lo general para sacarla a ella y los niños de algún apuro. (Tomado de Wikipedia)
Mi baúl damnificado

sábado, 13 de febrero de 2010

Lufthaus: Mi casa en el aire

Casa en el Aire de Margarita Rosa Espinoza

No me quedó mas remedio que comenzar a construir mi casa de aire en el ciberespacio. Hace años que mi esposito y yo buscamos una casa para comprar y restaurar, o un terreno para construir. Pero cuando la casa es la adecuada, el precio es excesivo, si el precio es adecuado, la casa es un desastre, o el terreno es muy grande, o muy pequeño o muy caro o no es el momento adecuado, o llegó la crisis financiera y mejor no nos arriesgamos...pero eso sí, como la arquitecto de la familia, me ha tocado rediseñar, diseñar, calcular, pensar, borrar, poner, quitar, cada vez que a mi maridito se le ocurre una nueva inversión que no ha de hacerse, porque después de todo, ya nuestro hijo tiene 9 años y sólo le faltan un par de añitos antes de que deje el nido, y entonces? para qué tanto espacio? una casa? nooooo, too much. Mejor esperamos. Y así sucesivamente hasta la próxima. Así que decido construirme mi casa en el ciberespacio. Con un salón donde encontrarme con gente y recibir visitas, una cocina para compartir recetas y datos domésticos, un estudio en el que presento mis realidades creativas y las de mis congéneres, una habitación en la que sueño, un sótano en el que guardo chécheres...
En mis paredes