Espejito, espejito



Lo que veo en el espejo del baño cuando me lavo los dientes:
Hermosos y saludables dientes, sonrisa perfecta, vellos faciales que me recuerdan que ya inventaron cómo eliminarlos para siempre (nota mental: hacer cita), que ojazos! arrugas al margen (nota mental: recordar las cremitas matinal y nocturna), te ves fantástica! Que desastre de cabello (cuando vas a la peluquería? mejor déjalo crecer, solución: el moño), (otro dia para procastrinar...que hacemos hoy contigo?) (Se morirá Chaburro hoy? ya se levantó mi Fabi?), Eh, ah? si, si: mujer hermosa e inteligente (y muy modesta, eso si), con alto potencial de desarrollo social, cultural, creativo, espiritual etc. procura sobrevivir a sus monstruos internos. Una rociada de Dolce & Gabbana o Narciso Rodríguez, Dior o J.P. Gaultier y vamos a comernos (por lo menos masticarnos) al mundo.
Lo que veo en el espejo grande de mi habitación:
Gorda, gordísima (hasta cuando vas a seguir haciéndote trampa con la dieta, en el gimnasio), (esta ropa está horrible) (no tengo nada que ponerme) (guácatela! te viste el rollo? y como que tienes mas huequitos de celulitis en el trasero?) Te odio. Horrenda, te digo horrenda! (olvídalo, tienes que bajar a  hacer el desayuno, apúrate y no pienses en cómo te queda el pantalón). Sorry, pero creo que el mundo te está comiendo a ti o tu estás comiendo demasiado en este mundo. Shit! Odio el ejercicio! (Si pudiera hacerme la liposucción en casa...)
Lo que veo en el espejo de la entrada de la casa:
Tu eres tu casa, esta casa eres tú.
Te veo la salsa, el merengue, el pop y el rock, pero sobretodo el groove. Te veo a G.G. Márquez, y C. Fuentes, a Benedetti y a Neruda, te veo con Goethe y con Thomas Mann, pero tambien veo a Tolkien en la esquina concentrado en su señor de los anillos. Frida Kahlo te deja saludos. Corbu y Meier guiñando un ojo desde el pedestal donde tengo a a Wright sacudiéndose de lo más arrogante (cómo siempre lo ha sido creyéndose dios) a todos los que se le acercan como: Piano, Kahn, Botta, Aalto y cía. Te veo el desorden en el estudio porque nunca sabes dónde empezar. Te veo el orden en todas las otras esquinas, porque en algún lado tiene que haber orden, no? Galiano me desencantó con tanto pensamiento rojo. Le tengo alergia al rojo ese que se extiende cómo cáncer por Latinoamérica desde Cuba con la plata de los venezolanos. Te veo el país. El país roto, el país que ya no es. Te veo el desarraigo, te veo la nostalgia, pero te veo la tranquilidad y la seguridad. Te veo el amor, te veo el  miedo, te veo las ganas de salir a matar canallas (cómo dice la Canción del Elegido). Te veo parada (cómo en la canción de Rubén Blades, Parao). Parada, contra viento y marea, de pié.


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