viernes, 20 de julio de 2012

Crónicas del Amor en el Exilio II. Amor Errante: Patricia y Claudio.


Patricia salió huyendo de la dictadura de Pinochet hacia tierras, en aquel entonces, mas calientes y democráticas. Conoció a Claudio, músico errante por las Américas, y se prendó de su garbo y de su verbo. Pero esposa y dos hijos fueron demasiado peso para los tobillos de Claudio, quien se arrastraba cada dia mas doblado por los bares y discotecas de la ciudad, tratando de zafarse de la rutina, de abrazo en abrazo, de cama ajena, a cama de motel barato, de rumba en parranda, de juerga en fiesta. Hasta que desapareció. Los papeles del divorcio llegaron por correo un par de años mas tarde.
Claudio se enamora otra vez en su tierra de origen. Esta vez la cosa promete. Francisca es la prima ballerina de la Compañia Nacional. Tan bohemia como Claudio. Tanto, que Francisca decide abandonar a Claudio un par de años mas tarde con dos hijos a cuestas para irse a vivir con el titiritero de la Calle del Hambre, a vivir su amor desbocado en la buhardilla de un edificio clausurado y condenado a una segura demolición. Hace frío en invierno. Sería por eso que el titiritero decide picar a Francisca en pedacitos para alimentar el incendio que provocó al prenderle fuego al piso. Los niños sobreviven por razones no reveladas a la prensa. Tampoco es revelada a la prensa la razón por la cual el titiritero logra huir a Europa sin pagar por su crimen. Mientras, la policía busca con ayuda de la Interpol a Claudio, para que se haga cargo de los dos hijos que tuvo con la prima ballerina...lo quieren hacer pagar con cárcel, el abandono...
Claudio ha regresado al norte del sur buscando a Patricia, pero se encuentra con que además de haber hecho una carrera brillante, Patricia ha encontrado el verdadero amor en brazos de un teutón. Claudio nisiquiera pregunta por sus hijos. Si lo hubiera hecho se habría enterado que están internados en un colegio en Suiza. No tan apenado, Claudio busca a su próxima víctima.
Sigue cantando y montando escenario tras escenario. Sigue encantando serpientes.

Micaela está de visita en la tierra de sus padres. Mira la televisión. Es un programa de búsqueda de talentos. Canta Mónica. La descalifican. Llora. Micaela también, a ella le fascinó la voz de Mónica...que casualidad...? comparten el mismo apellido...el moderador dice que es hija de Claudio...! Micaela sale disparada del sillón y corre al canal de televisión. Exige ver a Mónica...Micaela y Mónica comparten progenitor e historia...Se abrazan, lloran, se reconocen la una en la otra.
Tienen muchos puentes que construir y caminos que reparar...de la destrucción causada por aquel tifón...Claudio.
Micaela se encuentra rumbo a su destino en la patria de sus padres. Su condena en otras tierras terminó. Empieza en casa la de Claudio.

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