viernes, 7 de noviembre de 2014

Fragmentos de Una

 Madame Ovary collage, Richard Russell, 2008

1. El desposado la arrebató esa mañana, de los brazos de Morfeo, justo cuando el ascensor en el que ella subía, abría sus puertas en el piso tres de una torre de vidrio. Al otro lado de la puerta estaba él, un-otro, sentado en una mesa de vidrio, fabricando palabras de vidrio.
Ella trató de escabullirse del ataque matutino y permanecer allí, mirándo a un-otro. Pero fué inútil resistirse al desposado, así que decidió traer a un-otro de la mano, de su sueño a su cama, que fuera él, el que en vez de despertarla bruscamente, la mantuviera allí, como mitad dormida y mitad despierta, pero con él.
Y que nadara en ella, en vez de poseerla; que la besara larga y religiosamente, en vez de ignorar sus negativas.
La embestida del desposado fué entonces sueño en vez de pesadilla y ella fué feliz imaginándo que era un-otro dentro de ella y después también, al reposar su cabeza sobre su pecho transparente y no en la almohada. Quedarse dormida de nuevo en su pecho de agua de mar, de vidrio.
Sus palabras de cristal guardadas en su vitrina.

2. Se desarma y arma como rompecabezas. Se desangra por el vientre roto, se desangra por las heridas abiertas. Se desmorona y fluídifica. Se derrite en el estanque, se confunde con la lluvia y regresa con ella. Her soul and her body weep. The signs repeat themselves. Pero no hay rendición. La lucha sigue. La paz está cerca, de una manera. O de otra.

3. Hay mil maneras de huir. Se las sabe todas. Es cuestión de decidirse. Un día un camino, al dia siguiente, el próximo.

4. De todas sus Itacas, es la de sus entrañas la de más difícil acceso. El camino más arduo, la promesa más vaga.

5. Lo quiere todo. Lo merece todo. Heroína y víctima. Los hilos en sus manos. Las agujas rotas. Sueños al alcance de las puntas de sus dedos. Cansancio.

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