jueves, 22 de abril de 2010

Mi propio Ensayo sobre una Ceguera

 Escena de la Ciudad de los Ciegos de Fernando Meirelles basada en el Libro de José Saramago "Ensayo sobre la Ceguera"

Durante los carnavales de este año tuve el infortunio de ver por Youtube,  a través de un enlace de Facebook, escenas espeluznantes de las hordas de antisociales y delincuentes que se han apoderado de las calles caraqueñas, en plena "fiesta malandril, " lanzándose, el uno al otro y al resto de los desafortunados transeúntes, botellas, latas y otros objetos en lo que otrora fuera un espacio dónde aún recuerdo, el caraqueño podía ir de compras o disfrutar de un café y/o una buena tertulia al aire libre, entre otros placeres de la civilización citadina. Iban borrachos, drogados? o simplemente licenciados por un ser que insiste en llamarse Líder y Gobernante de un país? Ese ser, les dá clases todos los domingos en cadena nacional de radio y televisión, de cómo comportarse en una sociedad, que algunos han dado por llamar bipolar, yo la llamo maníaco-depresiva, neurótica y hasta esquizofrénica. La idea es creerse más que los demás, ungirse de poderes transferidos por héroes malhabidos (porque no le corresponden), mentirse a si mismo y a quien lo oiga compulsivamente, culpar a otros, a quienes llama enemigos, de todo lo que en realidad es culpa suya. El tipo secuestra al país y lo vuelve una república bananera. Su haciendita privada con la que hace lo que le dá la gana. Sus súbditos, quienes nunca se interesaron realmente por mas nada que no fuera una fiesta, un juego de béisbol, un cambur, o cualquier otra señal de pan y circo lo escuchan embobados y le aplauden sus ridiculeces y disparates mientras el mico les tira sardinas para que lo sigan aplaudiendo y así el poder sentirse mas chévere, mas poderoso, mas cool. Este ser, le regala el país a pedacitos a otro fracaso. Ayudando así a mantener viva la mentira de otro par de dictadores en una isla de Caribe. Quien dijo que moral y luces son nuestras primeras necesidades? no fué Simón Bolívar? Pan y circo parecieran ser las únicas necesidades del pueblo venezolano, porque no sólo se niega a ver la envergadura de la decadencia en la está sumida la otrora patria en vias de desarrollo (hoy sólo el pozo sin fondo de Chaburro, teta de dólares para todos los mamones que hoy chupan de ella), sino que se hace cómplice de la debacle, con su silencio y su miedo a ser parte de un PAIS de ciudadanos. Ese pobre pais, se parece cada vez mas a la ciudad del libro de Saramago, porque mas de la mitad de sus habitantes se sientan a esperar que llegue alguien con un perro guía y un baston, mientras los otros ciegos los someten con su vileza e ignorancia para quitarles hasta la dignidad.

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