jueves, 22 de abril de 2010

Oposición y Desafío Vs. Amor y Paciencia


Su primera palabra fue: NO. Su segunda palabra fue: NEIN, que es lo mismo, pero en alemán. Mi angelito me reta constantemente desde que nació. Vino al mundo en un parto difícil y extremadamente largo... del que nunca quiero acordarme. A pesar de la incompetencia médica, mi hijo luchó como un campeón durantes sus primeros minutos de vida, para quedarse con nosotros. Gracias a Dios. Desde bebé atento, con los ojos muy abiertos, fascinado por el mundo. Se arrastraba con pocos meses por el piso, no quería que lo tuviera cargado por mucho tiempo, estaba apurado por aprender a moverse solo. Casi no gateó y a los 11 meses ya caminaba, digo corría y no paraba aunque tropezara y se diera de zopetón con todas las paredes y muebles de la casa. Sigue así. Y no entiende de reglas, porque le parecen injustas; no entiende de autoridad, porque quiere gobernarse solo; no entiende de obediencia, porque quiere hacer lo que le dé la gana. SIEMPRE. No hay día sin discusión agotadora, no hay instrucción que él siga sin que se repita al menos 4 veces, la última siempre en tono amenazador. No hay razón sin explicación exhaustiva. Su respuesta a todo sigue siendo NO.
Mis canas se quintuplican con cada año de mi hijo. Habla hasta por los codos, grita por cualquier cosa que se salga de sus expectativas, llora si algo no le sale como el quiere. Vive frustrado consigo mismo, se deshace en ataques de ira e impotencia. También en la escuela. Las quejas de las maestras abundan, los amiguitos escasean. Yo lo amo infinitamente y lucho por aprender a comunicarme con el para poder ayudarlo a aprender a comunicarse con el mundo. Pero la mayoría de las veces me encuentro con una pared. El es muy inteligente y muy manipulador, y si no fuera por sus arranques y rabietas sería el niño más perfecto del mundo. Yo lo amo con locura. Pero mi incapacidad para ayudarlo me desespera, y no hay teoría de enfermedades conductuales que no me haya leído. Confiando en la última terapia ocupacional me arranco las canas esperando que un dia mi niño me diga, SI MAMI, SI.

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