miércoles, 3 de noviembre de 2010

Nuestro Oscuro Pasajero


Hace un par de noches me acosté tardísimo viendo una mini serie cuyas dos partes me tuvieron 3 horas y media clavada frente al televisor. Se trataba de Pío XII,  Papa número 260, quien reinó en el Vaticano desde 1939 hasta su muerte en 1958. Si bien condenó cualquier forma de totalitarismo, mantuvo desde un punto de vista político cierta neutralidad que le costó muchas críticas al no pronunciarse abiertamente en contra de Hitler y sus desmanes diabólicos. Sin embargo, el Vaticano se hizo cargo de muchos judíos y sus familias durante el sitio alemán a Roma, brindándoles refugio en todos sus claustros e instituciones y medió, aunque no de forma pública, entre la comunidad italiana judía y sus perseguidores tratando de paliar las consecuencias de la barbarie nazi. Fueron miles de judíos quienes salvaron sus vidas gracias también a actas de bautismo falsificadas que les fueron otorgadas siguiendo las órdenes directas de Pio XII.
Pero ese no es el motivo principal de mi entrada de hoy. Vivo en Teutonia desde hace 12 años y no deja de sorprenderme la cantidad de documentales y películas sobre la Segunda Guerra Mundial (SGM) que con una frecuencia extrema se transmiten en la TV alemana. Me imagino que no sólo para educar e ilustrar ese oscuro capítulo de su historia, sino para evitar que se les olvide.
Yo lloro como una Magdalena cada vez que veo una de esas películas. La única que no me ha hecho llorar es "Inglorious Basterds" de Tarantino, y eso porque es ficticia y al final matan a casi todos los malos de la película. Pero empezando con la Lista de Schindler, aquella serie sobre el Holocausto, y todas las otras pelis y documentales que he visto al respecto desde que tengo uso de razón me han llevado a un llanto super doloroso que me hace preguntarme de que está hecho el ser humano y cómo puede llegar a ser tan monstruoso y maligno. Yo lloro tanto que me pregunto también si fuí judía en mi vida pasada, porque esas historias me estremecen y conmueven hasta el tuétano.
Asi que volviendo a la pregunta sobre el ser humano...Sí, todos llevamos, como dice Dexter, mi antihéroe favorito, a nuestro oscuro pasajero dentro, pero qué hace que el monstruo logre eliminar nuestra luz? Cómo puede un pueblo seguir a un enajenado mental en su obsesión por destruir, odiar, vilipendiar, humillar, asesinar a otro pueblo entero? En qué momento la maldad anula a la razón?
La envida, el resentimiento y la maldad embrutecen y aniquilan el alma. Para muestra, las dictaduras a través de la historia. Lo que me hace preguntarme también: es que nadie aprende de la historia?
La maldad es como el cáncer, se devora a sus víctimas desde adentro. La diferencia es que la maldad puede ser vencida al prender la luz de la razón, y eso es prerrogativa del enfermo. El cáncer no conoce de de razones.
También me sorprende la actitud de los que se niegan a involucrarse asumiendo un lado de la lucha. En mi país los llaman NINIS. No están ni con dios ni con el diablo, dicen. Pero para mi, hace rato que sellaron su pacto con el lado oscuro porque se niegan a encender la luz.
Dónde se esconde el heroísmo? Dónde están los "cojones"? el coraje? Serán producto de la razón? Nacemos buenos, malos, ninis? Podemos cambiar de bando con un corto circuito cerebral? Les dejo un corto animado que encontré que ilustra mi post de hoy, sin sangre pero con moraleja. Que lo disfruten:



Sebastian's Voodoo (2008), de Joaquin Baldwin, director y animador Paraguayo ganador del Annie Award
Ha recibido alrededor de 50 premios internacionales por sus filmes animados.

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