Hoy, para celebrar el primer Adviento, fuimos invitados a casa de una amiga española, quien preparó un concierto navideño exquisito. Primero se lucieron nuestros hijos: piano, guitarra, flauta, violín y cuerno. Mi niño me enorgulleció tocando "Noche de Paz" al piano, muy improvisadamente y sin haber practicado mucho...Luego, procedieron a tocar nuestra anfitriona y algunas de sus amistades: con piano, clarinete y flauta nos regalaron hermosas piezas de Mozart, Schumann, Musorsky, Gossec y Chopin. Todo acompañado con café, torta, té, galletitas, etc. y un relajado ambiente civilizado y alemán. Mi amiga casi me hace llorar con su oratoria introductoria, porque esta brava mujer está apenas recuperándose de una ardua lucha contra el cáncer, y al refugiarse en su música, al regresar a ella y utilizarla en su recuperación espiritual, la convirtió en una ofrenda a la vida.
Hoy celebramos con ella el milagro diario de nuestra existencia, de nuestra fé. De la fuerza de uno y de todos. De la importancia de la familia y los amigos en nuestras vidas, del significado verdadero de estos dias de celebración y júbilo. Gracias a mis amigas que este fin de semana compartieron tanta vida conmigo. En algarabía, y en paz, en caos y en orden...Las quiero mucho.
Gracias... al Universo.
Y aquí les dejo un video de un chico muy talentoso tocando unos de mis valses favoritos de Chopin, una pieza que fué parte del concierto de hoy...
ver también: Amazonia en la Teutonia
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